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Zeballos, el niño mimado de Vilas que casi deja el tenis e hizo historia en Roland Garros

El tenista argentino triunfó la final del Grand Slam en dobles junto a Marcel Granollers y llegó a 25 títulos en la modalidad, aunque el anhelado Major se hizo esperar hasta este sábado. Su camino comenzó a los 6 en Mar del Plata guiado por una leyenda como Vilas.

Zeballos

Como un desafío al reloj biológico, igual que un vino añejo, Horacio Zeballos con los años revitalizó su carrera. El tenista argentino transita, a sus 40, su mejor momento y logró su tan esperado primer Grand Slam al imponerse junto a su compañero Marcel Granollers por 6-0, 6-7 (5) y 7-5 en la final del Roland Garros contra la dupla británica Joe Salisbury y Neal Skipski. Gritando campeón en un torneo Major luego de tres intentos fallidos.

Zeballos se ha forjado como uno de los mejores -sino el mejor- doblista en la historia del tenis argentino. En su camino contabilizaba 24 títulos y al conseguir su primer Grand Slam llegó a 25, con conquistas en todos los niveles del circuito. Este presente jugando de a dos le llegó sin buscarlo, cuando siguió los consejos de su entrenador Alejandro Lombardo, que se lo sugirió para estirar su carrera. Desde entonces, Zeballos se potenció y hoy es protagonista en el circuito.

Después de haber sido un singlista exitoso, llegó ser top 40 y hasta le ganó una final al mismísimo Rafael Nadal en el ATP 250 de Viña del Mar en 2013, en 2019 su coach lo convenció de que para competir en la élite en dobles había que dedicarse completamente y dejó su trayectoria como singlista. A partir de allí los logros abundaron. Este año, junto a Granollers, ya ganó el ATP 250 de Bucarest y el Master 1000 de Madrid. Además, a partir del lunes la dupla volverá al top 10 del ranking al ocupar el séptimo lugar. 

Zeballos Granollers
Zeballos y Granollers, campeones del Roland Garros en dobles masculino.

Padre de Emma y Fausto, nacido en una familia de tenistas, su progenitor, también Horacio, supo lo que era tener una raqueta en la mano y es amigo íntimo de una leyenda: Guillermo Vilas, el mejor tenista que dio estas tierras. Nacido en Mar del Plata, el pequeño Horacio comenzó jugando junto a su papá en el Edison Lawn Tenis, muy cerca del bosque Peralta Ramos, cuando tenía solo seis. La pasión también la heredó su hermana Carolina, quien fue tenista profesional.

Fanático del tenista croata Goran Ivanisevic y el austriaco Thomas Muster, Cebolla mamó desde chico consejos de Vilas. Es que Willy participaba de torneos de Leyendas cuando Horacio era un junior y allí acostumbraban a cruzarse. Hace un tiempo, el actual finalista del Roland Garros difundió un mail que Guillermo le había enviado a su padre en 2003 hablando sobre él: “Horacio, muy buen chico tu hijo. Le irá muy bien. Tiene asegurado un lugar dentro de la industria del tenis. Si no llega como tenista, llegará como coach o profe, etc. De él me ocupo yo”.

Más de 20 años después, es un hecho que Vilas tenía razón. Pero en el camino hubo tropiezos. Cuando tenía 21 años Horacio padre y Horacio hijo se sentaron frente a frente porque este último tenía la idea de abandonar el tenis. Sin embargo, papá lo convenció de seguir intentando y poco después se cruzó en su camino Lombardo, quien lo ayudo a encauzar el rumbo que lo llevó, a los 40 años, a un logro mayúsculo para el tenis nacional.

Zeballos y Granollers
(Julian Finney/Getty Images)
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