"Te hacen sentir como un delincuente", dijo Sampa sobre la crítica destructiva de una sociedad argentina que "no puede vivir sin conflicto", como opinó el filósofo Tata, desintoxicado, desde los Estados Unidos. Mientras tanto, el Pato sigue cantando sobre un escenario porque "giles son los que sobran" y se resiste a los que pretenden verlo en una silla eléctrica y encerrado toda la vida. Es que "los boludos son como la hormigas en todas partes del mundo", sostuvo Diego. Y tiene razón, se reproducen en cada rincón del planeta -en Colombia y Suecia también amenazaron de muerte a futbolistas por una mala jugada dentro de la cancha durante este Mundial-. Lo que pasa es que acá todos somos campeones del mundo. Incluso los más miserables de alma.
Errar es humano y Willy erró. Como erramos todos los días, en muchos momentos o decisiones de nuestra vida. No le robó a nadie ni destrozó ninguna ilusión. Cometió un error dentro de la cancha, se equivocó, y nada más. No fue el responsable de ninguna derrota argentina. Aquel día, fatídico deportivamente contra Croacia, perdió junto a un equipo. Perdió junto a su equipo. Sus compañeros no fueron capaces de ayudarlo. Y así se hubiese mandado tres cagadas en vez de una, tampoco tenían que destruirlo cuando estaba en el piso. Injustificable amenazar a su familia, ¡Hijos de p...!.
"Lo mio pasa a ser una anécdota", comienza diciendo Willy en su posteo después de la clasificación argentina a octavos de final y algunos días en los que le costó encontrar la paz. Hace un descargo imposible de naturalizar. Tan real que asusta, provoca escalofrío. Injusto a sus 36 años y después de dedicarle su vida a este deporte tan maravilloso y a la vez tan dañino. Injusto a su trayectoria. Amargo a ese sueño que se hizo realidad a la hora de debutar en el arco de la Selección y quedarse con el puesto ante la lesión de un compañero. El destino lo puso ahí. Le otorgó ese premio por tanto sacrificio. Le regaló esa posibilidad que tanto soñó. Y un error lo condenó a los ojos de una sociedad dañina. Esa que por una mala jugada es capaz de sentenciar a un grande como Willy.
Vos sos un grande, Willy. Tu vida fue de superación constante. Movilizaste a un pueblo hasta Rusia. Todo entrerriano de Santa Elena se revolucionó y enorgulleció por ser cuna del arquero de la Selección al inicio de la Copa del Mundo. ¿Sabés que lindo ver el nombre de tu pueblo escrito sobre las fichas de esos 23 privilegiados que representan a tu país en la competencia más importante del fútbol Mundial">
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