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Quien tiene un perro tiene un tesoro: ¿por qué es tan importante contar con una mascota de niño?

Diversos estudios demuestran que convivir con un perro desde temprana edad potencia el desarrollo emocional y social en las personas.

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Compartir la infancia con un perro va mucho más allá del juego y la compañía: impacta profundamente en la forma de ser, sentir y relacionarse de las personas. Desde chicos, los vínculos con los animales enseñan valores fundamentales que perduran toda la vida. Conocé los detalles.

Los perros fomentan el desarrollo emocional desde temprana edad. Su presencia ayuda a los chicos a reconocer y expresar emociones, al mismo tiempo que les da seguridad y confianza. Además, ofrecen consuelo en momentos de angustia y refuerzan la autoestima.

Tener un perro también fortalece la empatía y la responsabilidad. Al cuidar a una mascota, los chicos aprenden a estar atentos a las necesidades de otro ser vivo. Esto refuerza su sensibilidad, promueve el respeto por los demás y mejora la capacidad de ponerse en el lugar del otro.

Beneficios clave de tener un perro en la niñez:

Los vínculos con mascotas dejan huellas que trascienden la niñez. Las personas que crecieron con perros tienden a ser más comprensivas, generosas y solidarias en su adultez. Además, muchos profesionales coinciden en que la relación con animales en la infancia favorece la salud mental a largo plazo.

Un perro puede ser el mejor maestro de valores. Su lealtad, paciencia y amor incondicional transforman la forma de ver el mundo. Por eso, más que una compañía, son verdaderos formadores del corazón.

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